Todo comenzó a principios de semana después del famoso “Blue Day” en mi puesto de trabajo, estaba leyendo los correos, mensajes y demás tonterías que haces antes de comenzar la rutina mientras el papeleo se amontona, hasta que uno de esos mensajes me llamo la atención “Prueba de nivel de idiomas 2018”
A las 7 de la mañana no es que uno piense muy bien las cosas y tenga claras muchas otras, así que me dije a mi mismo: